1. Cuida con esmero y atención tu cuerpo cuando realices los ejercicios. La consigna es hacer un trabajo intenso pero sin ningún tipo de violencia (Ahimsa). Una integración o combinación de suavidad e intensidad. Las exageraciones y los extremos nunca son buenos. Cuentas con tan solo un cuerpo, al que debes cuidar amorosamente.
2. Entrégate al Yoga.... Concéntrate completamente en la postura o práctica que estés realizando. Piensa, siente y haz el ejercicio con todo tu Ser. Sentimiento, Acción, Pensamiento y Espíritu deben estar plenamente presentes, compartiendo ese instante único y tan especial de encuentro contigo mismo.
3. Ármate de mucha paciencia. Debes darte tiempo. Si trabajas y te esfuerzas, todo llega.
4. No te preocupes si no puedes hacer alguna de las posturas, o si no logras ejecutarlas en forma perfecta e impecable. Lo más importante es la actitud y el sentimiento con que trabajes. Los beneficios y efectos positivos te llegarán igual, sin ninguna duda.
5. Haz todo con amor sintiendo la compañía, la gracia o la ayuda de lo Divino o Superior (Dios, el universo, la Madre Tierra, la Pachamama, o lo que tu sientas o consideres espiritualmente elevado). Esta conexión te ayudará a realizar los cambios que estés necesitando.
6. Tómate de Su mano y haz la clase de Yoga! No decaigas ni dejes de realizar los ejercicios de Yoga por ningún motivo. Te aseguro que ellos pueden ayudarte sobremanera cuando estés atravesando un momento difícil o tu estado de ánimo este por el suelo. Es más, constituyen el mejor remedio o antídoto para esas situaciones.
7. Ten siempre una actitud de sumo respeto, comprensión y humildad hacia tu cuerpo, sus limitaciones y problemas. Cuida y ama aquellas partes del mismo que te desagraden o estén enfermas.
8. Te deseo una buena y hermosa práctica!
Gabriel